El Aeonium arboreum es una suculenta perenne y subtropical conocida por su atractiva apariencia y fácil cuidado.
Características:
- Forma: El Aeonium arboreum tiene una estructura de crecimiento arbustiva, con tallos gruesos y leñosos que se ramifican desde la base para formar rosetas de hojas en la parte superior.
- Hojas: Las hojas son gruesas, carnosas, lanceoladas y dispuestas en rosetas. En las variedades típicas, las hojas son de color verde brillante, pero también hay variedades con hojas rojizas o púrpuras.
- Flores: Durante la primavera y el verano, el Aeonium arboreum puede producir tallos florales altos con pequeñas flores amarillas o blancas agrupadas en inflorescencias en forma de racimo.
- Tamaño: La planta puede crecer hasta alcanzar una altura de 60 a 90 centímetros, dependiendo de las condiciones de cultivo y el cuidado proporcionado.
Cuidados:
- Luz: Prefiere la luz brillante indirecta a pleno sol. Colócalo en un lugar con al menos 4-6 horas de luz solar directa al día para un crecimiento óptimo. Sin embargo, evita la exposición a la luz solar directa durante las horas más calurosas del día en climas cálidos para evitar quemaduras en las hojas.
- Temperatura: El Aeonium arboreum prefiere temperaturas moderadas entre 18°C y 24°C durante el día y no tolera las heladas. Protégelo de las temperaturas por debajo de 5°C, ya que puede dañar la planta.
- Riego: Riega el Aeonium arboreum de forma moderada y permite que el sustrato se seque ligeramente entre riegos. Evita el exceso de riego para evitar la pudrición de las raíces, especialmente durante el invierno cuando la planta está en reposo.
- Suelo: Utiliza un sustrato bien drenado diseñado para suculentas. Agrega arena, perlita o gravilla al sustrato para mejorar el drenaje y evitar el encharcamiento.
- Fertilización: Aliméntalo con un fertilizante equilibrado para suculentas diluido durante la temporada de crecimiento (primavera y verano), aproximadamente una vez al mes. Evita la fertilización excesiva para evitar el crecimiento excesivo y espigado.
- Poda: Puedes podar los tallos muertos o dañados para promover un crecimiento saludable y mantener una apariencia ordenada. Además, puedes recortar los tallos florales después de la floración para fomentar un nuevo crecimiento.
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